PANECILLOS DE SAN ANTÓN
En la calle de Hortaleza, se celebraba desde hace muchos años, en la tarde del 17 de enero, la tradicional fiesta de las "Vueltas de San Antón".
En esta romería los padres escolapios bendecían la cebada, como símbolo de la protección que el Santo dispensaba a los animales.
Desde la primera ventana del piso bajo del caserón, los frailes repartían el pienso bendecido y por la calle iban desfilando las bestias engalanadas para recibir el agua bendita que con el hisopo les rociaba el sacerdote: mulas, bueyes,, borricos, caballos,corceles, además de perros y gatos.
Este Santo vivió entre el bajo Egipto y la Tebaida en el siglo IV. Cruzó el desierto después de deshacerse de sus bienes para vivir en una choza. Vivía en la linde del desierto rodeado en todo momento por sus amigos los animales.
Su virtud y su paciencia le proporcionaron algunos compañeros, llegando a formarse a su alrededor un pueblo de anacoretas que vivían en las montañas.
En la fiesta de San Antón no solo las bestias eran agasajadas, pues en otra ventana de la vieja casona, tras las rejas, otros frailes despachaban los famosos panecillos del Santo que eran elaborados con pasta de consejo y cocidos en los hornos del convento,rememoración de los que misteriosamente le traían los cuervos para su sustento.
En la actualidad en esta fiesta la gente lleva a bendecir a sus mascotas.
Los panecillos que antaño amasaban los frailes eran de mayor tamaño que los actuales y se elaboraban con una pasta de consejo muy económica, en la que se ahorraba el huevo, pero mas tarde los pasteleros mejoraron la calidad de la pasta e introdujeron nuevos tipos, empleando elementos que hasta entonces estaban inéditos, como por ejemplo. el coco, la yema,el mazapán,etc., a todos ellos se les marcaba encima la efigie del Santo, esta imagen era a veces sustituida por una simple cruz.
Estos pasteles se pueden ver en las vitrinas de las pastelerías madrileñas, tras la Navidad.
En la calle de Hortaleza, se celebraba desde hace muchos años, en la tarde del 17 de enero, la tradicional fiesta de las "Vueltas de San Antón".
En esta romería los padres escolapios bendecían la cebada, como símbolo de la protección que el Santo dispensaba a los animales.
Desde la primera ventana del piso bajo del caserón, los frailes repartían el pienso bendecido y por la calle iban desfilando las bestias engalanadas para recibir el agua bendita que con el hisopo les rociaba el sacerdote: mulas, bueyes,, borricos, caballos,corceles, además de perros y gatos.
Este Santo vivió entre el bajo Egipto y la Tebaida en el siglo IV. Cruzó el desierto después de deshacerse de sus bienes para vivir en una choza. Vivía en la linde del desierto rodeado en todo momento por sus amigos los animales.
Las tentaciones de San Antón (El Bosco) |
Su virtud y su paciencia le proporcionaron algunos compañeros, llegando a formarse a su alrededor un pueblo de anacoretas que vivían en las montañas.
Las tentaciones de San Antón (El Bosco) |
En la fiesta de San Antón no solo las bestias eran agasajadas, pues en otra ventana de la vieja casona, tras las rejas, otros frailes despachaban los famosos panecillos del Santo que eran elaborados con pasta de consejo y cocidos en los hornos del convento,rememoración de los que misteriosamente le traían los cuervos para su sustento.
Tentaciones de San Antonio Abad (Velázquez) |
En la actualidad en esta fiesta la gente lleva a bendecir a sus mascotas.
Los panecillos que antaño amasaban los frailes eran de mayor tamaño que los actuales y se elaboraban con una pasta de consejo muy económica, en la que se ahorraba el huevo, pero mas tarde los pasteleros mejoraron la calidad de la pasta e introdujeron nuevos tipos, empleando elementos que hasta entonces estaban inéditos, como por ejemplo. el coco, la yema,el mazapán,etc., a todos ellos se les marcaba encima la efigie del Santo, esta imagen era a veces sustituida por una simple cruz.
Estos pasteles se pueden ver en las vitrinas de las pastelerías madrileñas, tras la Navidad.
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